yo invito
Eduardo Corona No hay comentarios

yo invitoTodos hemos sido víctimas del síndrome del “yo invito”, cada noche aparece un nuevo “héroe” que le invita la fiesta a sus amigos.

Llega el fin de semana y como de costumbre lo único en lo que pensamos es en los planes para hacer algo saliendo del trabajo y por fin relajarnos, no importa el costo.

Existe un perfil de consumo irresponsable bastante peculiar que suele salir a relucir en el ámbito social, especialmente en la fiesta y con unos tragos encima. Todos los hemos visto o algunos puede que se sientan identificados.

La presión social, el status o simplemente la inconciencia financiera convierten a estas personas en el alma de la fiesta pero simplemente pierden el piso con un síndrome bastante conocido por todos: el síndrome del “yo invito”.

Se vuelven compadres de todos en la fiesta y con tal de seguir animados y con la atención de los demás, pagan, firman y le da unos golpes tremendos a su bolsillo. Pero eso si “que buena noche”.

No es una acción inteligente convertirte en el patrocinador oficial de la fiesta. Sé que en el momento lo que menos importa es el futuro. Es el día de hoy y hay que divertirnos, ya mañana todo se solucionará fácil, pero no.

No quiero ser fatalista, pero piensa si el día de mañana te quedas sin trabajo, o si tuvieras un accidente (tú o alguien de tu familia) o simplemente si surge un gasto no contemplado. Ahhhhh verdad. Pero son cosas que en la fiesta no piensas.

Yo te recomiendo tres acciones a seguir:

Planea Gastos. Un principio básico de las finanzas personales es conocer tus hábitos y tus gastos, es decir, estar preparado para dar un siguiente paso. La organización es elemental ya que nos permitirá planear y ponernos topes de lo que vamos a gastar por lo que te recomiendo que antes de salir dispongas de una cantidad de dinero que utilizaras en tu vida social y no puedas rebasarla, ya sea que lleves el efectivo exacto o realmente lleves una disciplina militar hacia tus gastos. Así sólo tendrás un presupuesto limitado y te evitarás la tentación de “patrocinarle” la fiesta a tu compadre, hermano, o cuanta persona se te cruce en el camino.

Aprende a decir no. Siempre en todo grupo social existe el líder o alcahuete que nos mete ideas en la cabeza que no siempre son benéficas para uno mismo, como el que dice: “hoy por mi, mañana por ti”, o también las víctimas “ya tú ganas muy bien, cuando me vaya como a ti yo pago”, o hasta nosotros mismo llegamos a ser los cabecillas de que con tal de que los demás la sigan nos ponemos “guapos” e invitamos a cuanta persona se nos pone en frente. Por eso es importante aprender a decir que no. En la fiesta (y más con tragos) es una palabra casi imposible de decir, pero en cuanto la empieces a dominar y sepas hasta cuándo limitarte y ajustarte a tu presupuesto entonces cada vez será más difícil decir “yo invito”.

Se futurista. Piensa en ti, piensa en tu futuro, trata de visualizar hacia dónde quieres llegar y encuentra muchas motivaciones que te ayuden a dejar el síndrome “yo invito” muy lejos de tu persona. Piensa por ejemplo en tu familia, tu carrera, la casa propia, el viaje, el auto nuevo, etc. Como decimos en las finanzas personales y todos los especialistas dirán lo mismo: define metas que sean alcanzables, específicas, medibles, realistas y oportunas. Entonces las decisiones a tomar serán de una forma más sencilla.

Mira hacia adelante no te dediques sólo a invertir en tu diversión presente, piensa en tus logros a futuro y así lograrás un buen ahorro/inversión/patrimonio.

Carlos Tovar

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