Eduardo Corona No hay comentarios

Para empezar a correr, primero debemos aprender a caminar, punto básico, obvio y sencillo.

Cuando empiezas a entrenar un deporte y más cuando se trata de resistencia a distancias largas, debes de ir diseñando un esquema de entrenamiento que involucre una rutina y un ritmo pero sobre todo un hábito.

Con los ahorros sucede lo mismo, no me puedo convertir en un exitoso ahorrador de la noche a la mañana y más si tengo unos pésimos hábitos financieros y de consumo, pero puedo crear una estrategia de entrenamiento, que me ayude a llegar a la meta y ser todo un “ahorrador de alto rendimiento”.

Para empezar a generar un esquema de entrenamiento debemos tener en mente tres aspectos primordiales:

Define Metas: Nuestro plan de entrenamiento debe empezar por plantearnos la meta a la que queremos llegar. Escribe en una hoja de papel una cantidad de dinero razonable y alcanzable en un mes. Por ejemplo el 20% de mi sueldo o al menos la mitad de lo equivalente de tu renta, o una tercera parte de tu límite de crédito (tarjeta de crédito). No seas ni muy ambicioso ni muy pobre, trata de encontrar un punto medio.

Rutina: La idea de diseñar una rutina de entrenamiento es seguir ciertos patrones con determinadas características con el objetivo de fortalecer y generar una costumbre virtuosa, en este caso, para comenzar a ahorrar en “las grandes ligas”. Ya definida tu primer meta, genera un plan en el que vayas designando poco a poco a tu objetivo, es decir, plantéate que al inicio de cada quincena, así como la recibes y sin ver, mandarla a una cuenta designada exclusivamente para tu ahorro, al menos el 50% de la meta que te propusiste, o si te genera conflicto deshacerte de tanto dinero, cada semana ve depositando 25% de tu objetivo. Al final es la misma puerca pero revolcada, aunque OJO con esta última opción ya que corres el riesgo de que te lo gastes si lo tienes a la mano, por lo cual debes ponerte sanciones si rompes tu régimen de entrenamiento, como por ejemplo no salidas al cine o no salir a cenar. Al final es ayudarte a ti o engañarte a ti, de verdad comprométete contigo mismo.

Esfuérzate: Como dicen en los gimnasios “No Pain, No Gain” (“Si no duele, No sirve”). Estás entrenando para ser ahorrador, así que esfuérzate y aparte de ahorrar el dinero que llega en tu quincena, recorta gastos para generar más ahorro, exígete y recorta, por ejemplo el refresquito diario, o la pizza los fines de semana. Hazte útil y recorta gastos que puedas evitar.

Aumenta el Ritmo: Es importante que te hagas consciente de los sacrificios, esfuerzos y obligaciones que vas adquiriendo, pero cada vez que vayas cumpliendo tus metas ve metiéndole el acelerador a tu ritmo de ahorro, por ejemplo auméntale $500.00 pesos más a tu meta cada mes o recorta más gastos. Esto es simplemente que conforme pasa el tiempo te vuelvas más exitoso en tus finanzas personales, además de empezar a invertir, y haciendo que tu dinero trabaje para ti, así cuando menos te des cuenta ya serás todo un “ahorrador de alto rendimiento”

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[author] [author_image timthumb=’on’]https://portento.mx/wp-content/uploads/2011/06/carlos-tovar-01.jpg[/author_image] [author_info]Carlos Tovar es Licenciado en Administración y Finanzas por la Universidad Panamericana, Ciudad de México, Gerente de Educación Financiera en Portento. Ha tomado varios cursos en inversiones, banca, y ventas, cuenta con una certificación por la AMIB (Asociación Mexicana de Intermediarios Bursátiles) en sociedades de inversión, además de su instrucción universitaria en temas financieros, lo cual lo ha llevado a impartir cursos y asesorías en temas de finanzas personales a todas las edades, estratos socioeconómicos, y distintos niveles educativos.
 
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