Lecciones de Dinero de mi Madre
Eduardo Corona No hay comentarios

 

Lecciones de Dinero de mi Madre

De niños, una madre siempre nos hizo sentir a salvo, seguros y amados. También hizo de nosotros una prioridad prepararnos para una vida de estabilidad financiera. Dedico mucho tiempo y esfuerzo para instalarme en el camino adecuado. A veces predicaba con el ejemplo, y otras, fue necesario aprender por las malas. Estas lecciones se han vuelto parte de mi carácter y valores. Definitivamente impacta mi esfuerzo para educar a mis propios hijos y mi trabajo. Aquí comparto algunas de las lecciones de dinero de mi madre más importantes que aprendí de ella.

Gana tu propio dinero: Mi madre creía que no entendería el valor de un peso hasta que lo ganará por mí misma. Obtuve mi primer empleo a los 15 y trabaje incluso durante la universidad. Y si, ganar el mínimo mientras mis amigos pasaban su tiempo ociosos o divirtiéndose fue duro para mí. Pero conforme el tiempo paso, comprendí que había tomado decisiones más responsables con respecto al dinero.

Invierte: Muchas veces, gastar menos no es igual que ahorrar dinero. Recuerdo en un viaje que le mostré a mi madre una blusa de moda que me había encantado por tan solo $100 pesos. Yo estaba segura que no podría negarse. No tan rápido. Después de observar la prenda barata, ella me pregunto cuántas veces la usaría antes de que se rompiera o pensara que ya no estaba de moda. ¿Dos o tres veces? Esto me enseño mi primer lección en invertir al comprar. Suele ser mejor pagar un poco

Permite a tu cabeza controlar un poco tu corazón: No quiero decir que mi madre no creyera en el amor verdadero o el romance. Pero ella creía que mantener compatibilidad financiera con tu pareja era indispensable para un matrimonio feliz. Era importante que ella y mi padre estuvieran en la misma página con sus hábitos de consumo y metas financieras. Una sola persona con malos hábitos financieros puede provocar problemas para todos.

Organízate: Mi madre era una firme creyente de tener un lugar para cada cosa. ¿Cómo podría haber pagado mis colegiaturas si no encontraba la chequera? O saber ¿cuándo pagar las cuentas si tuviera todo en todas partes? Haber pagado mis primeros $250 pesos por penalización de un pago que olvidé hacer probó este punto. Hoy en día hay tantas aplicaciones móviles y páginas que te ayudan a organizar tus finanzas, de las cuales he tomado mucha ventaja gracias a las claves de mi madre. El secreto es no dejarse desenfocar por tanta información y llevar disciplinadamente un control en cualquier herramienta de tu preferencia.

Aprende cuando mantenerte y cuando dejar ir: Yo solía encogerme al ver como sus implacables habilidades de negociación podrían hacer un hombre adulto comportarse como un niño. Ella me enseñó a apegarme a un presupuesto y no tener miedo a comparar precios. Me enseño que la peor respuesta que podría obtener era un “no”, y que si eso sucedía, simplemente podía seguir caminando. Me enseñó a evitar las compras de pánico con planeación y libertad adecuada, todo es un equilibrio.

Admito que no he sido del todo constante con el paso de los años. Después de todo, nadie es perfecto. Pero gracias a mi madre, cuando mis finanzas están desbalanceadas, siempre encuentro las herramientas adecuadas para volver a poner todo en su lugar.

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