Eduardo Corona No hay comentarios

antroSábado 11 pm. Como de costumbre en camino al antro de moda con mis amigas y amigos (siempre un grupo de mínimo 5 parejas). Todo está listo para la fiesta, cada quien con su mejor ropa, se percibe un mix de lociones en el coche y mucha actitud, pero lo más importante y que no puede faltar es mi mejor amiga: la cartera. Olvidarla sería un caso imperdonable.

La cartera viene armada con la recién llegada quincena y, por si las dudas, saco a pasear a la inseparable y siempre confiable tarjeta de crédito.

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Una noche increíble, no nos ha faltado nada, todo lo que necesitamos está disponible y lo pedimos, muy buena mesa y excelente atención pero pasada la noche cada vez se hace más fácil pedir y pedir y seguir pidiendo sin llevar la cuenta de todo lo que hemos consumido.

Cuando llega el momento de pagar, la cuenta es digna de un campeón. Entre todos a revisar lo que consumimos, algunos se acuerdan, otros no, total que no hay vuelta de hoja, entre que si son tequilas o rones nunca supimos si nos pusieron algo más en nuestra cuenta que no hayamos consumido.

Pues todos terminamos con el efectivo que llevábamos y aún faltaba para a completar la cuenta, ni modo, hay que a hacerlo con la tarjeta de crédito, al fin que era para emergencias.

Al día siguiente como de costumbre nos fuimos a desayunar mariscos y también a hacer el recuento de los daños, y esos si que eran daños. Como no era de extrañarse, el efectivo que me sobraba era para algunos gastos de aquí a que llegara la siguiente quincena pero al pagar con la tarjeta, no pasaba. Aún no rebasaba mi limite de crédito asi que hable al banco y había compras que yo no había realizado. Me habían CLONADO la tarjeta en mi antro de “confianza”.

Me pidieron que fuera a mi sucursal bancaria y llevara con un ejecutivo el voucher del pago de esa noche, lo busque hasta por las piedras pero el último recuerdo que tengo es como volaba en el bote de basura de la taquería después del antro.

El voucher hubiera facilitado todo, pero después de 72 horas hábiles de investigación, decidieron reponerme la línea de crédito y se aclararon los gastos que yo no había realizado.

Gracias a eso aprendí tres principios básicos que nunca me enseñaron en la carrera de finanzas y los comparto contigo para administrar bien tu dinero en caso de que tus amigos te “sonsaquen”.

1. Haz una planeación de lo que puedes gastar esa noche sin que afecte tu vida diaria, sobre todo sin que al final de la quincena andes rascando en los sacos y pantalones viejos a ver si de casualidad sale dinero. Dispón de una cierta cantidad en efectivo para salidas y de eso no te pases.

2. Lleva una cuenta por escrito ya sea en el bloc de notas de tu celular o literal saca tu bloc de detective y tu pluma pero es importante que escribas todo lo que vas pidiendo, es muy fácil que le apunten muertitos que no son a cualquiera en un antro, por más conocidos que tengas ahí.

3. Evita lo más posible pagar con tarjeta ya sea de débito o de crédito, si puedes déjalas en tu casa y carga sólo con el efectivo. Si confías en no darle de golpes entonces úsala como último recurso, uno nunca sabe el uso que le dan mientras tú no ves.

No se trata de que no te diviertas, se trata de que lo hagas con moderación sin que el día de mañana “tu mejor amiga” la cartera, sufra por tu gran noche.

Carlos Tovar

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